Hemos de conseguir la mejora continua en
todos los ámbitos de la organización.
El TPM o Mantenimiento Productivo Total es
una herramienta práctica de gestión empresarial que integra un nuevo concepto de
mantenimiento industrial en un proyecto de Calidad Total para alcanzar cero
averías, cero paradas y cero defectos. Requiere la implicación todas las
personas que participan en el proceso productivo.
El objetivo es la excelencia en la gestión
del mantenimiento mejorando
los costes de explotación del sistema industrial. Identifica mecanismos de
mejora analizando problemas para eliminar pérdidas de
producción asociadas a la falta de calidad.
Aplicando sobre equipos
e instalaciones un Mantenimiento Planificado orientado a eliminar averías, se facilita
el desarrollo de un mantenimiento de la calidad sustituyendo comportamientos
ineficaces por la práctica de la prevención y el rigor en las tareas evitando
fabricar productos de mala calidad.
Un mantenimiento
integral basado en actividades de Mantenimiento Preventivo y Predictivo permite mantener adecuadamente los equipos productivos conservando así su estado de
referencia. A partir de una gestión temprana de las averías se alarga el ciclo
de vida útil de los equipos. Capitalizando todo tipo experiencias relativas a averías
en los equipos fiabilizamos también el funcionamiento de estos equipos.
El TPM en una búsqueda permanente por mejorar
la eficiencia de los sistemas de productivos, rompe con el sistema de mantenimiento
habitual en el que unas personas producen y otras reparan. Mediante actividades
de Mantenimiento Autónomo alcanzamos la máxima eficiencia de los recursos
implicando a los operadores de las máquinas en el cuidado, limpieza y mantenimiento
preventivo. El operario es el que mejor conoce su equipo, por
tanto, nadie mejor que él para determinar si su funcionamiento es correcto y
detectar posibles averías. Los tiempos de intervención en la reparación de las averías disminuyen y se reducen costes de producción y mantenimiento.
El TPM no significa un aumento de las tareas
sino una mayor variedad en las mismas ampliando las habilidades del
operario. Supone un enriquecimiento
profesional para los operarios que se incorporan a estas tareas aumentando su
polivalencia y especialización.
Por otra parte, el operario integrado en
determinadas fases del proceso puede reflexionar en ocasiones mejor que nadie sobre
los problemas y proponer como atacarles, aportando experiencias en la
innovación de procesos a través de sistemas de sugerencias o mediante su participación en actividades de mejora implantadas a
través de grupos de mejora continua.